domingo, 15 de marzo de 2009

NEUMA


:::Abigail Rodríguez Contreras:::


Imaginame hoy sin cuatro piernas
caminando en círculos sin llegar
apestando a vieja
ven conmigo, sálvate y haz que mi ambiente cambie en el insante
si no te apuras no vivo

Cámbiame la vida mientras el cielo original se te desangra
sutúrame la boca y haz que las últimas horas
me posea tu voz y mi silencio fluya
ya sólo existe un eje
y sonamos

Sí pisas las orillas te incendias
ten cuidado con lo que balbuceas
tú voz como una montaña de rocas
mi silencio un llano disfrazado de relieve

Aquí me tienes María
entera y lista para que me comas los ojos antes que se vayan
no te vayas que me fracciono más
es en serio
mira estas manchas
mis colores hundiendose
reproduciendo en su fusión otra gama de tonos
y ya no soy yo sí tu no vienes

Una gota pegada a otra y engordando hasta caer
pero me separé de tí
y reventé en el suelo sola

cálame el vientre si quieres y perfórame para darme los sonidos
pero hazlo bien María
o rómpeme hasta que ya no sienta

Necesito solamente que golpees en la esquina
rebotar en las aristas
y sonar

La corrosión insepulta de respiraciones desprendidas de una nariz solitaria
matan más
te lo digo yo que cabalgo en el terror inclinado de los planos
un fugaz y duro choque que estallará en la colisión del aire
deseo
cuando vuelva a respirar
esta mancha indeleble que miras resucitará de entre las manchas
y proveerá de su legado la magnificencia de su ser supremo
y entenderás de nuevo porque existo

Imaginame hoy sin cuatro piernas María
y córtate una para regresar a tí cojeando
y en el relevo acelerado te sucedo
porque así son las cosas
Hay fronteras que rebasarémos cuando estemos juntas
cuando estallo por dentro
me rebaso a mi misma y no hay contra quien luchar

Reacomodarás mi orden póstumo de huesos regados
y reconstruirás mi cuerpo inservible
el cúmulo de recuerdos que te hacen reacomodarme
dejan el umbral abierto para meterte cuando estés igual
cuando las varillas te perforen el vientre
y abortes desperdicios del futuro
aqui estaré
reacomodada por ti en mi propia muerte
No tiengas miedo y come María
que la audacia es un arma que imaginación te ha concedido

Aprovecha María
y cómeme hoy que soy mancha
que mañana regresaré a trotar
y quiero comerme a mi misma mientras te como
anda y no esperes
que tampoco sobra el tiempo

domingo, 8 de marzo de 2009

Hiperbólica

:::A VICKY (Y los caracóles en sus orejas):::
En el Día Internacional de la Mujer
HIPERBÓLICA
Como si vagara, se pierde en círculos, en cada vuelta descubre algo nuevo, y sabe que en cada metro cuadrado habrá patrones de repetición, siente que hay características propias en una micra que se escapan siempre; una desilusión eterna ante una pérdida planeada.
Cada vez que te miro a Vicky no puedo evitar perderme en el profundo túnel de sus cinco dioptrías de miope. Su sonrisa inmutable como una calcomanía pegada a su carne, me hacen querer descubrir lo que oculta debajo, la verdadera piel que cubre con su máscara.
Vicky tiene faldas con cascabeles dorados, hace ruidos; una manifestación de su cadencia, del bullicio interno extendido hasta la ropa. Tiene siempre bolsas grandes donde guarda piedras y libros de sistemas de riego, separa sus lecturas con flores secas aplastadas.
Vicky aprecia las hojas, las infusiones que en su jugo revientan las propiedades que su abuela dictaba como leyes. En Vicky confluyen las sensaciones de las plantas, porque se concibe en secreto como una hoja redonda con el ápice delimitándola como otro cuerpo distinto al aire. El centro de su cuerpo se anuda en el ombligo lleno de pelusas, la nervadura infinita de su constitución refleja en si misma un fractal que se repite en sus hermanas botánicas, y las mira y las quiere. Desea, que la yema axilar de su cuerpo sea la línea vertical y concéntrica dirigida al mundo, agazapándose a una rama pegada a un tallo, y sentir las raíces de su ancestro original. Vicky siente el agua palpitando debajo, y concibe al mundo como un árbol con corazones múltiples, con venas y arterias que se tejen estrictas en cilindros paralelos y perpendiculares; un orden en mitad del caos. Por eso Vicky pisa fuerte, y su corazón es el metrónomo binario que vincula sus latidos con la danza y el ambiente.
No la entienden, se sabe próxima a una realidad que no comparte con el resto del mundo, y adecúa el suyo con el resto conectando lo que el mundo aprecia de ella; su sonrisa pegada como pasaporte hacia los túneles abyectos de su contexto global.
Y de cada letra de su nombre, se deriva una letra. Las posibilidades de reducir a su mínima expresión una ecuación muy larga, una sustitución de valores que nos llevarán siempre al mismo punto, de reversa, en contrasentido. Simplifica su existencia a una tri prima de dientes mostrando alegría. Y contagia de su ruido de cascabeles los gritos sin control, un espacio que acoge mundos sin clasificarlos. Sus verdaderos amigos, han logrado entrar a su mundo de hojas como una larva pegada a una rama, como los gusanos verdes de plaga en su corteza, no los concibe como calamidades, sino como seres que han logrado captar la misma señal de sus ideas, y son pocos, no se irán, no afectan, ya son necesarios.
Pero las voces del contexto la aterrizan a caídas dolorosas que la atan a su realidad humana, lo mágico por la comprensión absoluta de las partículas excitándose, chocando en las paredes y calentando en su frenética trayectoria los espacios inamovibles. Todos esos listones de colores trenzándose al mundo de los vivos, haciendo que no escape perdida en el trance de luz, que no escapa ni olvide. Vicky no simula su sorpresa ante lo minucioso, porque sabe que lo ínfimo constituye por si mismo un conglomerado que engrana una perfección estructural que conoce tras los cristales finos y trabajados de óptica desarrollada con pinzas. Y también lo siente, no lo concibe ahora como un conflicto entre lo racional y lo mágico, sino como una Y griega que despunta dos caminos, en una línea que ha logrado condensar sus elementos en una mezcla perfecta. La Y griega como nexo y fusión de fuerzas. Su última y favorita letra.
Yo no imagino a Vicky sin sus lentes, porque son como lupas permanentes de un detective desquiciado por encontrar el hilo conductor, la guía máxima del laberinto desparpajado de madejas en una tienda de estambres. Victoria se prefiere Vicky, porque se concibe reducida en una última letra que bifurca su alma, una línea que grafica la función original que la representa, que la personifica en el plano, un símbolo que reproduce la hipérbole, dos mundos que se desplazan contrarios, pero que resultan del mismo génesis.
Creo que eso es Vicky, pero con ella aún siendo una de sus plagas podría ser sólo una versión.