Ela Rodrìguez
I
Hay un caos que rompe el màrgen que se eleva en el entramado del silencio
es un grito muy puro perteneciente al desposeìdo de listones,
que sòlo desea ahorcarse
Aulla al cielo y grita: cielo soy tu azul tristeza
y desgajado he venido a quebrantarme bajo tu saliva helada
traga y muerde porciones ajenas de lo estable
todos los ojos conducen al agua que viene a èl para adorarlo
y se talla la piel con aguamiedo
II
Ahogado en un mar de acetona
el lìquido primrio logra diluir el barco en el que flota
se ahogan los epìritus màs flamantes de su cuerpo
Como por arte de magia
resurge en un ìnfimo regurgitar de las olas
encallàndolo en piedras que punzan
Expulsado de la boca de Dios
la luz que es fuego
queman el paraìso
vuelve el desposeìdo a ser mortal y las heridas le duelen
en estos primarios nudos del silencio
los puños cerrados buscan agua debajo de la tierra
pero no la encuentran
porque el agua no se deja ver
II
Desposeìdo dejarà de serlo pronto
porque aunque èl ahora busca el agua de su resurrecciòn para la inmortalidad
Dios le guarda debajo de la arena
una madeja grande de listones de todos los colores
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