domingo, 16 de diciembre de 2012

Siempre soy

Me horadé la boca para pasar por ahí las cuerdas. Me hice nudos ciegos, no puedo hablar.  La raíz de todos los conflictos, perfora la tierra en el encierro. Una vez fui un grito de auxilio, pero los rescatistas estaban muertos. Cerré los ojos y desperté con cenizas en el cuarto. Los metales vueltos carne. La sanación, el diluvio de cristales en los ojos. Los nuevos días repitiéndose, como metrónomos, al unísono, idénticos, diseñados para presionar. Hay agua, existe lumbre, un lodazal espeso me prohibe respirar. Camino y el agua es negra, la luz no existe, la profundidad ha comenzado a morder los pies. Me jala, con lengua áspera


*a.r.c.