miércoles, 16 de febrero de 2011

De lo inmanente

De nuevo los perros cabalgan y se vuelven fieras broncas, partículas desgastándose en el deshabitado perfil de la columna vertebral del estruendo. Mi apatía rehidrata el inalámbrico sustento de otros órganos. Lo inalámbrico respalda sus impulsos e la búsqueda de cordones umbilicales que nos aten fuertes a una tierra futura, a una condición interminable de un archivo cabalgando en la imprudencia fantasmagórica de otras disonancias.

jueves, 3 de febrero de 2011

miércoles, 2 de febrero de 2011

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Mi cuerpo tiene corto circuito y yo sólo quiero nadar en mar abierto, quemar mis naves, ser tragada por todo espacio, por toda huidiza sensación que me empuja de la espalda hacia tí y me venda los ojos con alambres por los que se cuela tu figura.

Y aunque quiera y aunque es cierto que no lo deseo, una mano gigante me sujeta la nuca y me hace ahogarme de palabras húmedas que me llevo a los pulmones, y en la broncoaspiración del agua va tu nombre entero, en este desazón imperfecto del mar mi alma pantanosa solidifica su existencia y se vuelve un monstruo enorme que no sólo te busca a tí sino a todo tu contexto, y yo soy uno de esos perros que les gusta ladrar y correr hasta que los huesos se les rompan, y somos reenes del caos, nos curamos los miedos, nos abrimos los ojos y cavamos tumbas bajo nuestros ojos, enterramos las heridas y nos suturamos la piel para sanar más pronto, y pronto ya no sabrémos a heridas ni las noches serán fieras amargas, cadáveres del mundo... 

La feracidad del silencio se convierte en toda el agua que no necesito explicar, en todo el océano que quiero pensar mineral o putrefacto pero nuestro.


aabbiiggaaiill