lunes, 12 de diciembre de 2011

EutAna5iA

EUTANASIA
El Abigail Rodríguez

5.
Los perros comenzaron a ahorcarse
parecía imposible, pero se enredaron en cuerdas
se arrojaron de los rascacielos
al unísono, los ahorcados y el canto de libertad.

A.
abajo
ya estaba esperándolos a todos
con un millar de agujas en los brazos
para salvarlos por si sus cráneos no se abrían
como un campo de flores al tocar el piso.
A.5
Hoy dos hombres voltearon a verme y ladraron cosas, no hablaban bien el idioma, pero su tono era tan perverso, que tuve miedo y cerré los ojos. Me hundí en un río de saliva, quise tener aletas y piernas, nadé, corrí, nadé, corrí. Corrí como nunca; hubiese querido cortarles la lengua. Al final estaba sudando, flotando en un camión con cientos de lenguas vivas enjauladas entre dientes, sin piernas y sin aletas.
5.a.
No hicieron falta el millar de agujas, los brazos redentores, el cuerpo de verdugos misericordiosos, dispuestos a llevar al pie de la letra, los mandamientos de los dioses. Los apóstoles de la devastación, se sumaron en rezos para que cada cráneo se estrellara con intención de finiquitar el aliento de los perros, lo lograron. Después del campo abierto de flores, los hombres descubrieran el poder de decidir por ellos mismos el rumbo de su vida, mediante la lengua, mediante el lenguaje de los perros que jamás llegarán a entender, comenzaron a ladrar en secreto, a ahuyentar a las mujeres recordando otra era, el mundo gobernado por la nostalgia de los dioses dictadores.

SINLE&SINNU
1) Apocalipsis es en realidad un abandono, un abandono absoluto que hicieron juntos y tejieron nutriéndolo realmente con su sangre. Se arrojaron, dejaron solos a los hombres, construyeron un mundo ámbar de ladridos matinales, lejos de nosotros, lejos de los ahogados y las lenguas flotando; nos abandonaron, nos heredaron un mundo ingobernable y solitario.
2) Desearía que la extinción canina, no hubiese ocurrido nunca, pero la voluntad de los dioses se respeta, incluso, cuando tiene afán autodestructivo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Misión Trans

MISIÓN –TRANS-------------------
Abigail Rodríguez Contreras
I
Escribiré una oda al desamparo, mi cabeza no deja de dar vueltas y cada momento es el más adecuado para vomitar, pero algo me contiene, me arrepiento, mi cabeza da vueltas, revoluciona las velocidades, ya no se detiene.

I.5
Hoy dos hombres voltearon a verme y ladraron cosas, cerré los ojos, me hundí en un río de saliva, fue terrible, nadé, corrí, nadé, corrí como nunca; hubiese querido cortarles la lengua. Al final estaba sudando, apretada en un camión con cientos de lenguas vivas enjauladas entre dientes.

G.5
Acabo de terminar una novela, habla sobre los cerebros quemados. Siempre he creído que la letra G es en realidad una lombriz estática que en cualquier momento, habrá de salirse de la hoja para masticarnos. Me pregunto también, sí el cerebro de la lombriz está también quemado.

II.5
Mi novio me ha dicho que repita cientos de veces que soy un niño, que escupa las hormonas por la boca, que las mande a la chingada. Soy un niño, soy un niño, soy un niño, soy un niño, soy un niño, ahora sólo me falta escupir las hormonas, ver qué pasa.

De las partes de legitimación, escatocolo tercero.
(trazo Ilegible)
Rúbricas
signo del escribano

53V
Releo una plática ajena entre dos divas, una es trepadora y otra no. La escena voyeur me fascina. Tienen cuchillos en los zapatos y se pisan, violentamente se persiguen los pies y patean a matar sin lograrlo. Mientras la lucha campal de los pies se agrava, las dos divas se dan besos por el rosto, se trazan caminos nómadas con los labios, no volverán la ruta jamás, son hermosas, brillan. La escena termina cuando una fan, que en realidad es una asesina, les toma fotografías para documentar su belleza e imitarlas posteriormente en casa. La asesina nunca igualará su belleza, pero sí la habilidad de acuchillar con los pies a sus adversarios. Las divas se llaman Rojo y Carlos, ellos son niños, no necesitan repetirlo.

II
La vida de * pende de un hilo tensado por dos lenguas que se aferran, en extremos opuestos a sus respectivos paladares. Sería sumamente positivo asegurar que * se encuentra perforada por el hilo, eso aseguraría estabilidad e impediría su caída. Pero sólo dos de sus dedos están agarrados al hilo. Sus dedos están pegados por alguna especie de solvente, que cederá pronto. Los pilares de donde se sostiene son inseguros, el pegamento, también lo es. Su cabeza también da vueltas, las lenguas están cansadas, no resistirán mucho rato más.

III
Hace poco un remolino se comió un pedazo él, su nombre no es * ni G ni guiónbajo, le diremos él, es hermoso, está fundido. Tiene un bigote, unos ojos grandes, está seco, pero de vez en cuando se llena de agua todo, pensando en el remolino que se trago a un pedazo de sí mismo. Es hermoso, pero está muerto. Yo lo amo, pero es como hablarle a una escalera, subo, bajo, subo, bajo, pero siempre será una escalera, habremos todos juntos de pintarle ojos, rezar porque su cerebro no esté quemado, sobre todo, tener la esperanza que algo en él aún puede quemarse, porque eso significaría que sigue conmigo.

A33V.
Ya tenían la lengua dentro. Yo subía las escalinatas muy aprisa, comenzaban a doler las piernas. Sólo miraba la estructura circular por arriba de mi cabeza, como una gran boca solitaria, sin lengua dentro. Los escalones no se terminaban. La estructura circular, pudo ser también una especie de aureola colectiva, a cada quién nos tocaría un trozo, todos podríamos ser ángeles por un momento, fraccionados al menos, pero no , todo parecía indicar que era una gran boca abandonada, con un ojo dentro, mirando las lenguas de ambos dentro de sus respectivos cráneos. Los escalones, no terminaban. Me pesaba la aureola, el gusano quemado, el remolino, las lenguas mutiladas, las repeticiones, las divas cortándose los pies y besándose la boca. No deseo que me perforen, que me horaden el cuerpo para tensar mi vida a dos lenguas cansadas que desean soltarme. Repetiré la saliva hasta que un remolino me trague.

Zero y letra 17
En el principio fue la lengua hurgando lenguas dentro del cráneo. Las dos superficies de agua y cal unidas por la boca, con los ojos dentro y las ganas de estallar. Era un altar a la provocación, un pedestal muy alto, rodeado de un bosque de ojos y centellas que galopaban lentos bajo mi mano, era un circo voyeur, y yo estaba arruinando la función construyendo un muro con mi cuerpo. Corrí hacia el patíbulo, al sitio donde el futuro monumento al solvente desgastado erigiría un muro de gloria. Debiste verme los ojos, estaban secos, el circo voyeur devastado, el climax cortado, también me llaman opresión, pero que quede claro que soy amigo de él y de *, que pronuncio el nombre de las divas con recelo, pero no quiero matarlas ni aprender sus técnicas de acuchillamiento. Deseo nadar, no en el mar de saliva, no construir un cementerio de muertos por desangramiento. Deseo, desatar el remolino, colocarlo debajo de *, nadar junto a ella a un río que trazaremos juntas, se llamará zero y lo que resulte de la letra 17.

1 primigenio:
En el principio, fue mi infanciamiedo, silencio, oscuro. Lo que se tragó el remolino, fue a Abigail hace veinte años, y él, me esperaba misericordioso al final fondo de todos los ríos.

1434
Distinguido presídium que nos acompaña esta soleada y ficcionaria tarde de ardiembre, acalambradas autoridades, honorables instituciones de sordos y remolinos, siendo las tresmil horas de mi vida, declaro desierto el engranaje de este hilo, esperando con la pronta donación de sus solventes y la esperanza para construir nuevas instituciones asesinas de cuchillos bajo la mesa, manuales de besos en el rostro y demás tácticas de supervivencia para el cosmos, únicamente, de esta misión de mil palabras. De este mundo, se espera la retorcida imaginación vouyerista de los aquí presentes, de lo contrario o nos encontraremos ante un auditorio de letras G, que no podrán como yo, pintarse bigotes y repetirse a sí mismos, que son unos niños, que son unos niños, que son unos niños, y aprender a fin de cuentas, a desatar remolinos y trazar ríos, nadar en ellos y buscar un mar más profundo para ahogarnos, siempre lejos, siempre adentro de otro mundo. Boca, aureola de luz, ojo de la lengua de mi cosmos, mil cincuenta palabras después, confieso mi esperanza. Deus es daltónico, no distingue los colores de mi cabeza.