jueves, 23 de agosto de 2012

PAET

-No quedaba más en el mundo que mi cuerpo y la tierra.
-Miré de cerca el final y los últimos sonidos fueron colosales, sin control, me ensordecieron.
-El mejor día de mi vida fue cuando atrapé un trozo de tierra
             lo comí.
-Cerré los ojos cuarenta años y cuando los abrí, mi cuerpo era un papiro donde las raíces silvestres habían escrito sus dolencias.
-Fui piedra sorda, de nada serví.
-Cascada del derrumbe, fósil de soledad.
-No quedó nada
-De lo último sólo queda mi sordera, mi cuerpo inútil, mi no historia.
-Soledad.



Abigail Rodríguez Contreras

No hay comentarios: