
Abigail Rodríguez Contreras
Ela Bigail Rodríguez
Ela Rodríguez
Yo desconfío de tus ojos cuando están cerrados, porque sé que al hacerlo imaginas las tierras donde el asombro se volvió tu cárcel voluntaria. ¿Cierto?
Rescate del grafito virtual/ Detectar la sal
Abigail Rodríguez Contreras
I
Extraño mi vida sin tí
II
Hace dos verbos detecto tu ausencia, y en el matizado recurrir a los signos, me devuelvo entera a tu voz como si la lejanía fuese de cera, grabado mi más perfecto ensayo para que tu me atrapes signo a signo.
III
A diferencia de mí, yo sí sé lo que tú quieres de mí y supongo que eso, no es equitativo, pero sólo supongo
IV
Hoy amanecí en el claustro rojo que me separa del sol. Ese hoy se refiere a un motivo que se ha postergado hasta el hartazgo, que no se logra, que no es fecundo, que se disuelve.
V
Testigo del dolor,
no disfruto flagelarme
VI
Ahora sí, pensaba encontrar la verdad en tu refugio,pero debo aceptar que son sólo pruebas aisladas, un cúmulo de información que sirve para alentar mi paranoía.
6
Ayer, la sal se derritó en el agua, y detesto cuando se estampa en las fibras que abosrben sonidos, pero también agua y sal, por su puesto.
Yoel almacena algunas bestias, bien dentro en la garganta. Ha aceptado que sólo por su culpa, se ha expulsado de su carne el grito, por el mismo método que ahora intenta alejarse del resto de las fauces fijadas a otros cuerpos. Espera, aguarda, vuelve a intentar no intentar nada, y vuelta agua, se desembarca para devolverse al agua. Yoel puede disfrsarze momentaneamente, pero las máscaras siempre se diluyen, se caen, van a la deriva y es mejor siempre develarse a perderse. Yoel siempre regresa al orígen, porque nunca ha podido cortar, el hilo umbilical, la cadena, el soporte que la nutre de la matríz más poderosa; ella misma incubada en sí misma, su feto nutriendo su protocadaver, su entera desviación a la tierra, hogar de las bestias; Yoel inquilina dueña, Yoel no respeta los silencios, las pausas los tumbos y los cambios de sonido de hierba, de rojo carmesí a plateado que no existe, no importa, porque Yoel no busca, la encuentran.
Abigail Rodríguez Contreras
Después de la nada va tu nombre completo
a rellenar todos los huecos con tu presencia
aún así sea fragmentaria
después de la nada cualquier cosa lo es todo
y no importan los significados
las semillas
las plantaciones de aire
el fervor de un eco que en sus restos he magnificado
porque he de decir que te prefiero idealizado
como el que me deja, corrompe, calla, mata y muerde
así, cuando vuelves a mi río con caricias de mentira
parecen verdades disueltas, que te secarán mi caudal enfurecido de ideas
y te volverás a salvar
en la fórmula creada para perdonarte
así tu signo designe siempre el mismo nombre
la misma situación expresada con variables diferentes....
yo perro, me asumo entonces como una queja que por minimizarse
pero la fórmula
te engrandece y te procura como el cloro que limpia las manchas
soy el error al que te tocó curar sin responsabilidad alguna, y soy la crédula que juega a ser crédula
ahora que te alejes, la fórmula te eregirá como un santo dorado
flagelará mi carne y mis lamentos, como los dolores permanentes se pegan a mi carne como casi, sin desearlo, porque la fórmula de este río se reduce a un par de conceptos, un cúmulo de palabras que me justifican en un mundo que sonríe, que ama, pero que da la espalda, que en la inestabilidad de mi esfera, la enfermedad se rechaza, es empujada, corroída y que a veces termina sin comenzar, comienza en el ciclo, y me detengo, porque los cabos se abren, y a veces, es difícil atarlos todos, tan dificil, que nunca he podido lograrlo.
Aquí un pequeñísimo fragmento de la IV parte del poema "Al vuelo el espejo de un río", poema con que Jaime Reyes, ganó el premio nacional de poesía en 1983 en la Universidad Autónoma de Zacatecas. Jaime Reyes es uno de mis poetas favoritos, recurro a sus letras siempre y he de decir que al leerlo me ocurren epifanías, un chorro de cosas, suena raro, pero su obra poética para mí es sagrada, je.
Para reconocer tu olvido
quiero ser maniatado
en este u otro cuarto,
no importa.
De cualquier manera
estaré libre para saber
que en realidad nunca te tuve
que esto fue sólo un mito
en el que jamás creímos
pues el amor fue para nosotros
un continuo devorarse
sin jamás hallar la paz
ni la tregua
ni la entrega
...
Abigail Rodríguez Contreras
Malos títulos no elegidos:carne late a carne, (puerto de los descalzos)
a)
pródigo de luz, nodriza de todas las bestias, vocalización de las estrañas, bestias mudas, héroes ahogados en su baba.
b)
Con las caricias brutas de un incrédulo que ha ofrecido su voz a cada infierno, blando, raído y depurado, doy vueltas para ofrecerme al remonlino, por continua paz las funciones exactasdialogan de nuevo con los quejidos de mis dioses
c)
Adoradora de las luces, abrio los lirios que se nutren de las heridas de los ríos.
d)
Del atentado, me sumerjo en las direcciones más desconocidas de tu entorno, y vertida en la palabra busco las direcciones verticales que al unirse colapsan con un cielo de utilería, bastante, enomohecido.
Abigail Rodríguez Contreras
Advertencia: Yo soy uno de esos perros que ladran, pero también muerden y rasguñan, sólo que ahora estoy enmudecida, con un bozal y sin garras....
Recurro siempre a la invasión de tu contorno; pero supongo que la intromisión activa tus mecanismos de defensa y me vuelvo el insecto adherido a la malla que me separa del hacedero de tus verdades contenidas
ahi, en el espacio puro inhabitable, silencias para no mentir pero mientes y la cruda defensa de tu ejercito bienhabido de amor, se defiende de mis ojos.
mis agujas oxidadas no alteran las fibras, sólo las horadan, y en el perforar externo del caparazón inalterable, llegan los dueños a devolverle la dureza de un estracto legítimo de realidades que sepulta mis ficciones
Ela Rodríguez
monstruo de sal ahogado
enarbolando en su humedad la certeza efímera de conseguir las sombras,
ambar criptario del ensueño
esporas del estruendo vuelto verbo
Cada
punto
gesta alteraciones más ligadas a las vibraciones
l e n t a s
punto a punto la sutura en las encías
el rechinar constante
con los párpados abajo las yardas de luz encajadas en la dérmis
envoltura ocular de cada monstruo
peregrinación de los mordantes
furia develadora de las tensiones
Tras las yardas de luz, la fatiga de los perros babeando
rápido
corre
¡Corre!
ya te alcanzo