lunes, 12 de diciembre de 2011

EutAna5iA

EUTANASIA
El Abigail Rodríguez

5.
Los perros comenzaron a ahorcarse
parecía imposible, pero se enredaron en cuerdas
se arrojaron de los rascacielos
al unísono, los ahorcados y el canto de libertad.

A.
abajo
ya estaba esperándolos a todos
con un millar de agujas en los brazos
para salvarlos por si sus cráneos no se abrían
como un campo de flores al tocar el piso.
A.5
Hoy dos hombres voltearon a verme y ladraron cosas, no hablaban bien el idioma, pero su tono era tan perverso, que tuve miedo y cerré los ojos. Me hundí en un río de saliva, quise tener aletas y piernas, nadé, corrí, nadé, corrí. Corrí como nunca; hubiese querido cortarles la lengua. Al final estaba sudando, flotando en un camión con cientos de lenguas vivas enjauladas entre dientes, sin piernas y sin aletas.
5.a.
No hicieron falta el millar de agujas, los brazos redentores, el cuerpo de verdugos misericordiosos, dispuestos a llevar al pie de la letra, los mandamientos de los dioses. Los apóstoles de la devastación, se sumaron en rezos para que cada cráneo se estrellara con intención de finiquitar el aliento de los perros, lo lograron. Después del campo abierto de flores, los hombres descubrieran el poder de decidir por ellos mismos el rumbo de su vida, mediante la lengua, mediante el lenguaje de los perros que jamás llegarán a entender, comenzaron a ladrar en secreto, a ahuyentar a las mujeres recordando otra era, el mundo gobernado por la nostalgia de los dioses dictadores.

SINLE&SINNU
1) Apocalipsis es en realidad un abandono, un abandono absoluto que hicieron juntos y tejieron nutriéndolo realmente con su sangre. Se arrojaron, dejaron solos a los hombres, construyeron un mundo ámbar de ladridos matinales, lejos de nosotros, lejos de los ahogados y las lenguas flotando; nos abandonaron, nos heredaron un mundo ingobernable y solitario.
2) Desearía que la extinción canina, no hubiese ocurrido nunca, pero la voluntad de los dioses se respeta, incluso, cuando tiene afán autodestructivo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Misión Trans

MISIÓN –TRANS-------------------
Abigail Rodríguez Contreras
I
Escribiré una oda al desamparo, mi cabeza no deja de dar vueltas y cada momento es el más adecuado para vomitar, pero algo me contiene, me arrepiento, mi cabeza da vueltas, revoluciona las velocidades, ya no se detiene.

I.5
Hoy dos hombres voltearon a verme y ladraron cosas, cerré los ojos, me hundí en un río de saliva, fue terrible, nadé, corrí, nadé, corrí como nunca; hubiese querido cortarles la lengua. Al final estaba sudando, apretada en un camión con cientos de lenguas vivas enjauladas entre dientes.

G.5
Acabo de terminar una novela, habla sobre los cerebros quemados. Siempre he creído que la letra G es en realidad una lombriz estática que en cualquier momento, habrá de salirse de la hoja para masticarnos. Me pregunto también, sí el cerebro de la lombriz está también quemado.

II.5
Mi novio me ha dicho que repita cientos de veces que soy un niño, que escupa las hormonas por la boca, que las mande a la chingada. Soy un niño, soy un niño, soy un niño, soy un niño, soy un niño, ahora sólo me falta escupir las hormonas, ver qué pasa.

De las partes de legitimación, escatocolo tercero.
(trazo Ilegible)
Rúbricas
signo del escribano

53V
Releo una plática ajena entre dos divas, una es trepadora y otra no. La escena voyeur me fascina. Tienen cuchillos en los zapatos y se pisan, violentamente se persiguen los pies y patean a matar sin lograrlo. Mientras la lucha campal de los pies se agrava, las dos divas se dan besos por el rosto, se trazan caminos nómadas con los labios, no volverán la ruta jamás, son hermosas, brillan. La escena termina cuando una fan, que en realidad es una asesina, les toma fotografías para documentar su belleza e imitarlas posteriormente en casa. La asesina nunca igualará su belleza, pero sí la habilidad de acuchillar con los pies a sus adversarios. Las divas se llaman Rojo y Carlos, ellos son niños, no necesitan repetirlo.

II
La vida de * pende de un hilo tensado por dos lenguas que se aferran, en extremos opuestos a sus respectivos paladares. Sería sumamente positivo asegurar que * se encuentra perforada por el hilo, eso aseguraría estabilidad e impediría su caída. Pero sólo dos de sus dedos están agarrados al hilo. Sus dedos están pegados por alguna especie de solvente, que cederá pronto. Los pilares de donde se sostiene son inseguros, el pegamento, también lo es. Su cabeza también da vueltas, las lenguas están cansadas, no resistirán mucho rato más.

III
Hace poco un remolino se comió un pedazo él, su nombre no es * ni G ni guiónbajo, le diremos él, es hermoso, está fundido. Tiene un bigote, unos ojos grandes, está seco, pero de vez en cuando se llena de agua todo, pensando en el remolino que se trago a un pedazo de sí mismo. Es hermoso, pero está muerto. Yo lo amo, pero es como hablarle a una escalera, subo, bajo, subo, bajo, pero siempre será una escalera, habremos todos juntos de pintarle ojos, rezar porque su cerebro no esté quemado, sobre todo, tener la esperanza que algo en él aún puede quemarse, porque eso significaría que sigue conmigo.

A33V.
Ya tenían la lengua dentro. Yo subía las escalinatas muy aprisa, comenzaban a doler las piernas. Sólo miraba la estructura circular por arriba de mi cabeza, como una gran boca solitaria, sin lengua dentro. Los escalones no se terminaban. La estructura circular, pudo ser también una especie de aureola colectiva, a cada quién nos tocaría un trozo, todos podríamos ser ángeles por un momento, fraccionados al menos, pero no , todo parecía indicar que era una gran boca abandonada, con un ojo dentro, mirando las lenguas de ambos dentro de sus respectivos cráneos. Los escalones, no terminaban. Me pesaba la aureola, el gusano quemado, el remolino, las lenguas mutiladas, las repeticiones, las divas cortándose los pies y besándose la boca. No deseo que me perforen, que me horaden el cuerpo para tensar mi vida a dos lenguas cansadas que desean soltarme. Repetiré la saliva hasta que un remolino me trague.

Zero y letra 17
En el principio fue la lengua hurgando lenguas dentro del cráneo. Las dos superficies de agua y cal unidas por la boca, con los ojos dentro y las ganas de estallar. Era un altar a la provocación, un pedestal muy alto, rodeado de un bosque de ojos y centellas que galopaban lentos bajo mi mano, era un circo voyeur, y yo estaba arruinando la función construyendo un muro con mi cuerpo. Corrí hacia el patíbulo, al sitio donde el futuro monumento al solvente desgastado erigiría un muro de gloria. Debiste verme los ojos, estaban secos, el circo voyeur devastado, el climax cortado, también me llaman opresión, pero que quede claro que soy amigo de él y de *, que pronuncio el nombre de las divas con recelo, pero no quiero matarlas ni aprender sus técnicas de acuchillamiento. Deseo nadar, no en el mar de saliva, no construir un cementerio de muertos por desangramiento. Deseo, desatar el remolino, colocarlo debajo de *, nadar junto a ella a un río que trazaremos juntas, se llamará zero y lo que resulte de la letra 17.

1 primigenio:
En el principio, fue mi infanciamiedo, silencio, oscuro. Lo que se tragó el remolino, fue a Abigail hace veinte años, y él, me esperaba misericordioso al final fondo de todos los ríos.

1434
Distinguido presídium que nos acompaña esta soleada y ficcionaria tarde de ardiembre, acalambradas autoridades, honorables instituciones de sordos y remolinos, siendo las tresmil horas de mi vida, declaro desierto el engranaje de este hilo, esperando con la pronta donación de sus solventes y la esperanza para construir nuevas instituciones asesinas de cuchillos bajo la mesa, manuales de besos en el rostro y demás tácticas de supervivencia para el cosmos, únicamente, de esta misión de mil palabras. De este mundo, se espera la retorcida imaginación vouyerista de los aquí presentes, de lo contrario o nos encontraremos ante un auditorio de letras G, que no podrán como yo, pintarse bigotes y repetirse a sí mismos, que son unos niños, que son unos niños, que son unos niños, y aprender a fin de cuentas, a desatar remolinos y trazar ríos, nadar en ellos y buscar un mar más profundo para ahogarnos, siempre lejos, siempre adentro de otro mundo. Boca, aureola de luz, ojo de la lengua de mi cosmos, mil cincuenta palabras después, confieso mi esperanza. Deus es daltónico, no distingue los colores de mi cabeza.

martes, 15 de noviembre de 2011

historiadepulpos

Era
una historia de pulpos
ahorcando niños, iban rasgandoles el mundo

martes, 8 de noviembre de 2011

Hay también para el mundo

elabigaél


I
De nuevo nos van tragando
somos agujas que tejerán por dentro
órganos artificiales surtidores de luz

andaremos todos a rastras iluminando el suelo
no habrá pretextos para cobijar las raíces en la penumbra
porque enrollado en las raíces
el sonido de la esperanza no cesará
dejará de ser atroz en la mente
y todos los recuerdos serán polvo en la garganta


II
uno sabe matizar las desgracias
desgajarlas poco a poco
pero uno nunca sabe,
cómo sobrellevar
un hermoso bordado interno
llevar hilos de luz que nos perforan los huesos


III

Hasta los perros comenzaron a ahorcarse
parecía imposible, pero se enredaron en cuerdas
se arrojaron de los rascacielos
y yo abajo ya estaba esperándolos a todos
con un millar de agujas y cuatro kilómetros de luz
ya todos queríamos más bestias ahorcadas

IV

Un asalto al

domingo, 6 de noviembre de 2011

rab.torr.de.lú.

elA bigaél abigail

Me encuentro
bajo un torrente de luces que me ahogan
el ardor más puro
va comiéndome los huesos



tragándome los huesos, mi legión de rabia transgrede las fronteras del sepulcro.

domingo, 30 de octubre de 2011

Hocico abierto & La espalda herida

El borde de la cicatriz determinaba
las intenciones dentadas de Faurecia
hocico abierto y espalda herida
la mutilación había comenzado horas antes

Los muñones escondidos entre las flores nacientes
cabalgaban como ríos insólitos de
verídico de tanta furia




era laguna púrpura el mundo
pesada y crepitante
la insistencia valía por


cercenado el espíritu
las llagas recién
el dolor de moverse
Faurecia se tritura

Soñamos sobre esqueletos dentados
ramificaciones de huesos por donde van colgando


mundo era en realidad la cicatriz de mis huellas
cuestabajo coagulaban mis recuerdos




hocico abierto y la espalda herida
caminábamos sobre una lengua púrpura
queríamos horadarnos
al parecer no hay nada más terrible
que un muñón sepultado entre flores nacientes

yo sólo quería que un mazo me doblara la espalda
imaginé mi columna partida en dos
las patas ardiendo
un bozal de hielo

grrrrrrrrr

miércoles, 26 de octubre de 2011

interruptor en sobrecarga

ELA ABIGAIL

Desearía que Dios estuviese vivo
para sufrir esto juntos

era una hermosa carnicería nocturna
era una lluvia de cristales la noche
fracturada, decadente

todos esos fragmentos de vidrio
los atrapaba con la lengua
para que me regresara la suerte

lunes, 24 de octubre de 2011

ab

ab rodriguez

mis encías como cordilleras precipicio
mi hocico catástrofe
fin del mundo asegurado

batía un récord de insurrecciones
pero todos estaban atrapadas,
la menor enfermedad de microcosmos
era un sanguinoliento desafío suicida

grandes cordilleras atravesaban mi hocico
eran tumbas prediseñadas
ductos de la penumbra

mi patria es un hocico que es también catástrofe

abro los ojos y abro una cortina de suturas encadenadas
me llamo furia desmembrada
me llamo herida abierta
soy una enfermedad suprema
absolutista

miércoles, 19 de octubre de 2011

Hagiografía de la penumbra


nunca había conocido ni el cielo ni el infierno
pero tampoco fue una ilusión




Abigaél Rodríguez Contreras

Una fiera es distinta a otra por el kilometraje recorrido de sus venas
las arterias, son como velódromos encerrados en un edificio opresor,
que no revienta

los edificios son de carne,
y la carne está marcada

el tamaño de sus cicatrices y la profundidad de las insiciones
determinan la densidad de sus deseos
sus deseos de razgarse
y sólo deseando
han razgado al mundo razgandose a sí mismas.

Los anclajes,
son promesas de insiciones más finas
se han de anclar a un deseo efímero
para soltarse con toda la furia

Las intensidades van tejiendo nidos de agua
catástrofes artesanales
para abordarlas en un kayac que se voltee en mitad de una ola grande
se hunden, maradentro,
nidifican en la desgracia
se mutilan del aire
es imperceptible su fuerza

las mutilaciones van uniéndose por grupos
van cobrando formas al hacerlo
saldrán de a poco
ya gestados dentro
a cicatrizar el mundo
a coagularlo para siempre

las espinas se bifurcan
son como armas filosas
son como ganchos que ejen luces tenues
de las que agonizan

todas esas luces, son bandos furiosos
que aprendieron a correr hasta que las piernas se les terminaran
y luego trotaron con los muñones
pero una fuerza imparable los empujaba siempre
cuestabajo
con el fervor natural de la luz
con una vida eterna de revanchas sin galardones




domingo, 16 de octubre de 2011

faurecia*


Abigail Rodríguez Contreras


Este mundo es en realidad un velódromo de mis arterias
mi sangre corre bajo tierra alimentando al mundo.
en el principio fue el silencio
y mi lengua tallando el silencio

Y en el silencio tracé quinientos ríos con los dedos de mis pies
el agua corrió púrpura y dulce
le dio a la tierra en caminos nuevos

este mundo antes de mí ya estaba herido
ahora, los sobrevivientes de las antiguas catástrofes
abrevan de mis ríos, hacen del agua una sutura permanente
van sanando de a poco

las ramas de mi vida
son también la genealogía hídrica
de mi sangre de agua púrpura
este mundo es la historia de mi vida

sobre mí
nidificaron las aves grandes castillos de sonidos
tejieron sobre mi cabeza cordilleras aéreas
y tocando suave, con su orquesta portátil de la lengua
construyeron cantando un único altar interoceánico


la sanación se parece siempre a un canto eterno
y en la hidrografía celeste del silencio
construí con el vaho de mis clones y de las aves
una muralla fuerte que cuidara de nosotros

las paredes construidas de vaho
tactan los relieves musicales de Faurecia
es un domo de sonidos el nuevo mundo
este domo no es alto
los hombres deben reptar
para abrevar de los ríos que los sanan
aquí, las aves no saben volar

el torrente de mi fuente invisible
brota siempre bajo tierra
Faurecia se teje bajo tierra

Soy lo que desde el centro de la tierra va curando al mundo
va tejiendo con agua las heridas
va cosechando también relámpagos
y desde el centro de la tierra los utilizo como agujas
para horadar los sitios por donde mis arterias de agua
irán llegando a los sobrevivientes de antiguas catástrofes.


Faurecia mundo, velódromo de arterias de agua
en la hidrografía celeste del silencio,
los hombres y las aves
siguen construyendo cordilleras con la lengua
con todos los cantos para que al llegar a la cima
siempre arrastrándose
logren ver desde lo alto;
las perforaciones de la tierra,
a la surtidora de agua y luz que los alimenta

y desde arriba, regalar su vaho como caparazón del universo.

lunes, 3 de octubre de 2011

Un Santuario

últimamente, grandes rocas se separan de su cuerpo. Muchas lenguas recorren la casa, todo el día, parece que han decidido ponernos las manos encima para ahorcarnos. grandes rocas se separan de su cuerpo, ha decidido trazar los sitios donde las perforaciones tendrán lugar y cobijarán sus restos, perforar mucho para poder quedarse, grandes rocas separadas de su cuerpo forjan otro cuerpo; un clon, un santuario de sí mismo resurgido del inicio de su muerte. uno va perdiendo cosas, uno va dejándose derrotar por las modificaciones del espacio,



uno va construyendo los sueños más terribles, va sacando a los monstruos de los sueños para colocarlos por encima de los hombres, mientras los hombres ignoran el paradero de sus sucesores, yo los miro a los ojos, me voy acostumbrando.


últimamente grandes rocas me desconocen, se destruyen a sí mismas para formar una gran montaña, subirme ahí para después desmoronarse, me van rompiendo, construyendo un abismo para arrojarme dentro, para olvidarme.




uno va construyendo al mundo para destruirlo y cree que nada pasa, pero un cosmos se agita, va tegiendo al mundo para adentro y puede deshacer puntadas y todo sería terrible, modificar el cosmos para hacerlo encajar en mi mente, yo podré, podré modificarlo, modificar el cosmos para rendirle cuentas a mis planes, yo podré
todo



no caigas en la repetición, falta el tumulto, falta el alma, no me dejes solo. todo se me escapa en una súplica, yo ya no puedo hablar.

viernes, 16 de septiembre de 2011

cio-505

tengo entre las manos, un semillero de raíces muertas
mi tierra, es una patria mutilada del mundo
nada crece dentro, el abrevadero crece
punza en la palabra un silencio que me estalla
que me encarna la boca dentro y yo resulto
de un ancestral padecimiento



sobre el polvo de la luz se configuran
un historial de figuras imposibles
pulsa bajo mi piel una estancia
no habita en este exilio
una acción tan permanente
que envuelva de raíces una extremidad cortadaaaaaaaaaa a-a.a.a.a.a.a.a..a.a






elabigail

viernes, 9 de septiembre de 2011

planificación

lloraba en cama cuando una araña me trepó las piernas. minutos antes pensé en escombrar mi vida, cambiar el piso por uno visible. la araña trepó mis piernas y se escondió en una arruga de mis sábanas. la aplasté con el dedo, su sangre formó una mota roja, creo que era sangre, me alumbraba la televisión. minutos antes pensé en alejar de mi vida el desorden; después tuve miedo. algunas de las fisuras más terribles de mi suelo están cubiertas por papeles. pensé tirarlos todos en cajas para después meter las cajas en contenedores de reciclaje. miré las patas de la araña lejos de su cuerpo, me deshice de las partes del tórax de la araña, de sus piernas, ojos; quedó la sangre o sus entrañas, los arrojé al suelo a esconderse con mis entrañas. me había aplastado a mí misma. por más que limpiara y me deshiciera de las piernas de los animales muertos que soportan mi peso, necesitaba también limpiar el piso de mí. minutos pensé en todo lo roto que me soporta, en las fisuras que han llegado a su última ruptura, atomizar el silencio, la coherencia, el deshabitado principio de la sangre, de salvarse ha terminado. lloraba en cama cuando mis piernas trepaban mis piernas. minutos antes pensé en reciclar mi cuerpo. miré mis patas en mis piernas y las entrañas que iba dejando mientras la vida me aplastaba, en mi vida miré las vidas que me soportan y que me concibieron, trepé sus piernas. minutos antes pensé alejar mi vida del desorden. minutos antes mi vida estaba alejada de mis piernas.


élabigail Rodríguez

sábado, 3 de septiembre de 2011

hag.auto.eno.

abigail rodríguez contreras


este poema se ha borrado cuatro veces y se ha borrado para siempre, cada vez que se borra estoy más enojada y sé que cuando lo lea volveré a recordar que cuatro veces escribí que mis piernas estuvieron más rotas que nunca, que nací rota pero que esta fragmentación de cada isla de mi cuerpo se vuelve más amarga. estoy enojada por las cuatro veces que me rompí y por las cuatro veces que mi lengua recorrió mis dientes buscando alivio, empujo muros dentro, me gusta recavar información sobre mí misma, a veces creo que me llamo hermetismo, me molesta no poder llorar y entonces me gusta horadarme dentro para encontrarme y sólo descubro vómitos antiguos, vestigios de mi rabia. y mi rabia se renueva y vuelvo a vomitar vestigios futuros. He pensado que mis heusos algún día servirán para que algún artesano del futuro haga de mi un material muy puro para fabricar estampas de una religión que fungirá como una mitología unívoca de un ciclo de creencias de ese artesano y entonces, fundo mi ruptura en la esperanza de una mitología donde mi soledad se convierta en el anclaje de su universo, sueño positivo a veces. entonces, llena de esperanza miro al cielo y sólo descubro parvadas negras que enmohecen los días, esas parvadas a veces vienen a mi y me gritan cosas y yo estoy harta de las parvadas. siempre he dicho que mientras todos aprendieron a volar yo aprendí a arrastrarme, seguiré haciendolo, seguiré llenándome de escamas el pecho y el torax y fundaré una comunidad de resistencia sobre mi esqueleto. me gusta la tierra, soy un gusano del silencio, soy una de esas cosas que estallan en la quietud y se entierran, en una versión autodidacta se van quemando, estoy harta de las parvadas que sobrevuelan el universo y al llegar a lo más alto, miran con su prolija vista de pájaro el mundo, pero nada es muy profundo, me gusta cavar en la tierra, me gusta andar a gatas y sacarme los ojos y después gritar pero bajo tierra, me gusta ahogarme, hacer intentos de vez en cuando, me gusta apropiarme del mundo de jesus manuel que está más cerca de la sinceridad y el hartazgo del mundo que las armas diferidas de las aves y entonces miro cómo los árboles en verdad cuelgan de las nubes, miro la vegetación de sus ojos y en el bosque tupido de imágenes del mundo yo vuelvo a enterrarme con sus árboles, sus colores que exigen pintar un mundo nuevo bajo tierra, de nuevo soy esperanza, de nuevo soy la esperanza de mi misma. me llamo hermetismo, me llamo apatía, soy una de esas cosas que a nadie importan, me tomo las cosas demasiado en serio, podría construír catedrales de mi enojo, podría construir catedrales de mi apatía, de mi exceso de compromiso, y lo hago y las catedrales crecen a lo alto y a lo ancho y entonces siempre de tajo una demolición de los espacios me fractura de nuevo y caigo y mi catedral llora, rechina dentro y se va muriendo, estoy harta de las parvadas demoledoras de mis sueños, construyo catedrales intraterrestres, soy hermetismo, no me importa, soy hermetismo, no me importa develarme siempre y cuando este cifrada, reconstruida, agotada. esto y harta de las condecoraciones de los aplausos de los ojos de las parvadas gigantes construidos que suben a diario a un pedestal de papeles y trasbambalinas se colocan los zancos y van procurando ser uno más grandes que los otros unos mas grandes que los otros unos más grandes que los otros yentonces se maquillan y se ponen mascarillas de lodo y van matando a sus hermanos van aplastandolos todos en un teatro lleno de muertos lleno de gigantes muertos la parvada renace de los fantasmas de los gigantes reconstruidos y yo no subo al teatro, he dicho, yo me arrastro y a veces grito bajo tierra pero no me pongo zancos, no jesús manuel tampoco tiene dinero para comprarse unos y entonces no nos los ponemos y vamos descubriendo cosas a gatas y me imagino sus colores en la cara, me imagino un espacio bajotierra donde los dos vamos pintando los espacios en negro de colores brillantes y nos convertimos en caballoshumanos que cabalgamos lejos, lejos, más lejos. pero la parvada sigue ahi y no es la única, una guerra de parvadas se libra sobre mi cabeza, y yo me escondo, escondo el cuerpo bajotierra, en versión autodidacta voy jalando al mundo a mi cabeza, voy jalando al mundo para ahogarlo y sólo algunas fracciones de mundo fracturado caerán, arrojo anzuelos para jalarlos desde abajo y ha funcionado un par de veces, quiero ser un eslabón que entierre colores en mi mundo. soy parte de una cadena indescisa que encontrará su cadena bajo las escamas, bajo los muros, bajo el hermetismo será mi muerte, en el umbral de los últimos minutos las catedrales habrán de constuirse lentas para no caerse,una catedral sobre de otra y otra y una catedral sobre de otra; una catedrál será una estampa de mi rabia, una estampa de alguna escena mitológica de un artesano del futuro, de mis huesos fabricarán imágenes, me convertiré en un objeto preciado para el último eslabón de mi cadena. sí lo logro, el espacio bajotierra será real, y yo podré no pensar en aves, en teatros solitarios, pensaré en bosques que cuelgan de la niebla, soy hermetismo, soy silencio, sigo excavando lento.

viernes, 26 de agosto de 2011

lunes, 8 de agosto de 2011

Esto era originalmente un comentario...

ely en el cambalache de libros en el pasaje del ayuntamiento, la puse porque es bonita jaja


Hace tiempo Mosca puso en su facebook el mismo enlace y yo comenté algo que será lo mismo que diré ahora. Creo que cada quién tiene derecho a expresarse como le venga en gana y pensar de la poesía lo que quiera, la poesía por sí misma tiene un sin fin de significados, por qué no lo habría de tener en cuanto a sus representaciones.

Se ha dicho aquí que la poesía debe estár fuera de las letras y es que no es que deba estár sino que ya nació fuera de ellas, la poesía se escapa del poema, va más allá, está en todos lados; sí, en la sonrisa de un niño como en el acto más violento, la poesía está en todos lados, nos sobrepasa.

Estuve colaborando hace más de un año con el programa "la invasión de los niños come-libros" en vecindades y barrios populares de Puebla; musicalizamos un cuento (música académica y una historia de amor para niños) en la apertura, a veces ayudaba a una de mis amigas que era cuenta cuentos permanente en uno de los barrios, iba también de cuentacuentos improvisada. Ellos leían dos veces a la semana a los niños y entonces en las vecindades y los barrios comenzó a ocurrir algo hermoso, niños que jamás habían leído un libro entero comenzaban a interesarse por la literatura, pero no por la literatura pesada como una definición académica, sino por la creación de nuevos mundos. Yo creo que la literatura no es una cuestión de egos ni de poetas ni de cuentistas, ensayistas o escritores en general; la cosa más importante de la literatura es la literatura por sí misma, la capacidad que tiene de crear nuevas atmósferas, de resurgir un nuevo mundo a partir de la creación.

Después que terminó ese proyecto me fui de cuentacuentos independiente junto con mi amiga EMMA a un barrio que es aún peor, se llama Xanenetla, no hay alumbrado público en muchas calles, hay mucha prostitución, niños que están todo el día en las calles, los padres son obreros que trabajan todo el día, en una vecindad viven 30 familias... Comenzamos a ir cada semana y los niños que juntabamos eran apáticos a la lectura, obviamente, sólo hablaban de lucha libre y peleas en la escuela, nos enseñaban los moretones que tenían en el cuerpo y sobre los triunfos que habían obtenido al golpearse con otros niños por diversión. Cada semana leíamos un cuento, dibujábamos, jugabamos un rato y después nos ibamos, antes que todas las banditas salieran a tomarse sus caguamas en los parques y los niños se metieran de nuevo a sus casas. No se dieron cuenta, ni ellos ni nosotros, no se dieron cuenta que esa hora en la que los libros nos unían, ya estabamos creando otra atmósfera, otro mundo donde los gatos eran de cualquier color y volaban sobre el universo y las aves eran de fuego y nos conducían por otras tierras. Ya no había cascos de caguamas al rededor porque no importaban, ya no estaban los gritos de las vecindades y hasta fueron desapareciendo de apoco los "chinga tu madre" y los moretones entre los niños.

Lo que comentaba con Curiel y Karen ese día, junto con Arturo, es lo mismo que pienso hoy, creo que la poesía y el acto poético en las calles es algo hermoso, de verdad hermoso que puede contagiar como dice Yaxkin a muchos otros, que podemos crear mucho a partir de la poesía que no se lee en mesas, en salas sin público donde sólo los poetas vuelven a leer a los mismos poetas y entonces después ¿Qué pasa? Me parece que lo que el colectivo intransigente es valioso proque ya tienen una ruta trazada, he visto por internet sus lecturas en la frontera, en las calles,el contenido de la poesía de Curiel es valioso porque se enfrenta cara a cara con su mundo, lo devela, no lo maquilla sino que intenta mejorarlo.

A mí me gustaría pensar que todos los chicos a quienes la constelación poética tocó, lo hagan con el afán de crear un nuevo mundo, con la esperanza absurda que crean que pueden lograrlo, así como yo tengo la esperanza absurda que los niños de los barrios a quienes hoy leo, mañana no estarán en las esquinas de su barrio asaltando ancianas con picahielos y reventándoles la boca a otros por quitarles el ring de sus autos.

Creo en las lecturas callejeras sí son constantes y se trabaja en ellas, si sólo son lecturas de un día, de una hora, y luego los poetas desaparecen, es algo efímero, es cierto. Pero quizá, los poetas deberíamos ser sembradores de poesía, con nuestros poemas, en otras personas, ¡Basta ya del egoísmo! ¡ya! es demasiado, estoy harta y estoy muy triste.


Yo no sé si Oscar este actuando de alguna forma por mejorar todo esto, pero es un hecho que a todos nos afecta, y algo debemos hacer, así sea distinta nuestra problemática. En México existen muchos problemas, deberíamos tener muchas soluciones.


Sólo quiero decir, al final, ya dije mucho, pero no me importa... que espero que todo esto no se convierta en una moda, y si es una moda, que llegue al punto del contagio real hasta el compromiso de un cambio verdadero, yo sólo espero, yo sólo espero...

Abigail Rodríguez

domingo, 31 de julio de 2011

Hagiografía para Isidro



Abigail Rodríguez C.



Ciudad de San Bartolo, año del silencio.



Por cada arrullo que ofrece a sus hijas bajo las cobijas caladas, Isidro se punza las manos con un alfiler, y el dolor que se repite lo hace presente en este mundo. Por cada respirar, un dogma orgánico que sólo sigue aceptando por ellas, sólo por ellas. Esconder su horror significa sacrificar el tiempo en su mundo interno, para estar con Sofía y Renata.

Isidro se asume como un extranjero, sabe que sólo puede hallarse en ese umbral entre el mundo de los otros, donde debe alojar al suyo propio para estar ligeramente más cómodo. Todas las calles son una cuerda floja tensada sobre los mundos, debajo de la cuerda, un hocico mastica a todos sus amigos. Adaptar lo que mira con respecto a lo que está acostumbrado, es el truco más útil que posee, la ruta más factible hacia un éxito inestable y momentáneo, pero funcional.

Isidro sigue siendo una pertenencia extraviada de otro mundo y lo sabe, nunca ha logrado habituarse a éste y es más difícil hacerlo con todos ellos mirando, con el hocico abajo exigiendo sus huesos. Es entonces cuando cierra los ojos, y mientras las abraza, piensa que todo el horror debe rebotar en la coraza de su espalda, porque le basta sólo con protegerlas, estar con ellas, para que el horror no las toque. Con la palma de la mano cubre su boca, con los dedos estirados les cierra los párpados, pero los párpados no siempre se cierran. Isidro es protector, es bóveda celeste cuando el cielo es una fiera sin nombre y el suelo, es un sicario que juega a cazar a los mendigos.

Es fácil localizar el lugar que Isidro habita cuando sus ojos se cierran, porque al hacerlo él imagina las tierras que alguna vez habitó antes de caer en este mundo equivocado, uno que representa el sacrificio que simboliza estar con ellas, para ser su perro guardián, ese que lo quebrantará todo con tal de protegerlas.

Él sabe que cada una de sus hijas, entiende perfectamente la pasión de su padre por ellas. Lo abrazan fuerte, besándole los párpados le sonríen eternamente con las manos abiertas, con cada dedo reclamando la transferencia del calor dérmico hacia el plástico. El amor paterno se traduce como una infinita red de sonidos simultáneos, que viajan en ondas cálidas de su boca, las pequeñas sinfonías construidas en su mente; se reproducen en imágenes debajo de los párpados de sus hijas, nadan mar adentro de sus ojos, se pierden, estallan, se reconstruyen y regresan con trazos finos devueltos por las suaves caricias de sus manos.

Sus hijas le han escrito sus nombres por la cara, con las líneas que sus dedos trazan hasta en las caricias más débiles. Isidro es el plano cartesiano de su propio mundo, en dos dimensiones se tatúan las fronteras donde el dolor se ha convertido en una nación separada de la soledad, del delirio, de la casi muerte que se niega, Isidro es una constelación y un mapa inmenso del silencio.

El amor para él, nace de la protección y el amparo hacia sus hijas; niñas de plástico que ha encontrado en los basureros, en mitad de la calle, arrojadas por otras niñas, por las malcriadas que devoran coágulos de azúcar. Isidro no encuentra en el plástico figuras infantiles: Isidro mira humanos plastificados, que necesitan del amor de otros exiliados. Él mismo preferiría ser de plástico, para que en un futuro lejano, otro Isidro lo recoja y lo llene del amor que nunca se confiere a los olvidados. Pero siendo de plástico no sentiría jamás los alfileres penetrándole la carne, no sentiría el dolor que lo hace devolverse al mundo del horror, el mundo de los adaptados.

Yo podría pensar, que hay una sentencia primigenia de la que está consciente, o quizá podría pensar que Isidro lo hace todo porque desea volverse un santo, pero no, a él no le interesan esas cosas. Isidro no desea la inclusión de los exiliados en el mundo, porque sabe que todos tienen un lugar determinado. Isidro sólo intenta cubrir con una gran tapa su mundo, impedir la entrada de otros ojos, hacia el gigantesco recipiente que resguarda a todos los desadaptados.

martes, 12 de julio de 2011

C.R

ilustración de Octavio Juárez Ocelotl
para el poemario "Effabilis/ineffabilum"


Mi boca es una bóveda celeste donde cabalga un caballo rojo, él me traslada a su ciudad caótica. Él tiene en el hocico una bóveda celeste que a veces, se encuentra con la mía. Cuando eso pasa,descubro que yo soy el caballo rojo, de mi propio caballo rojo.

arc

miércoles, 6 de julio de 2011

PINTACUENTOS:Taller de ilustración y creación literaria para niños


ESCUELA DE ESCRITORES-Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla
TALLERES DE CREACIÓN LITERARIA
VERANO 2011

Taller: Pintacuentos: Taller de ilustración y pintura para niños

Descripción: Acercar la literatura a niños de entre 9 y 12 años, a través de la promoción de una cultura del reciclaje en la que se involucren las artes visuales e impulsándolos desde pequeños a la labor artística.

-Cuenta Cuentos
-Creación Literaria para niños
-Narrativa/poesía
-Elaboración y presentación de un libro cartonero hecho por los mismos niños.
-Susurradores de poesía
-Tendedero de poesía


Imparte: Abigail Rodríguez
Dirigido a: Niños entre 9 y 12 años
Horario: Sábados de 12 a 14 hrs.
Inicia: 23 de julio
Cupo: 10 a 15 alumnos
Cuota de recuperación por alumno: $350.00
No. de sesiones: 6


Inscripciones del 7 al 23 de julio de 2011.

Requisitos:

Llenar formato de inscripción, presentar copia de identificación oficial actualizada, copia del comprobante de domicilio actualizado y 2 fotografías tamaño infantil, niños presentar copia de acta de nacimiento. Depositar la cuota de recuperación en cualquier sucursal del Banco Santander número de cuenta 92-00051819-6 a nombre del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, anotando en el reverso del baucher el nombre completo del alumno.

Cupo mínimo para abrir cada taller: 10 alumnos





Informes: Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, 3 norte 3, centro, a los teléfonos 409 74 24 al 27 ext. 112 y 108, con la Lic. Hilda Aguilar Garduño y al correo escritores.imac@gmail.com


lunes, 4 de julio de 2011

terribles colores para la noche

ela rdgz


No hay una versiòn correcta para la poesía Los venados son minúsculos junto a los cuernos pintados con luz que ciega Las bestias se gestan en caracteres digitales Las huellas digitales de mi personaje pintan al mundo desde el silencio El otro lado de la vida de mi personaje, viaja montado en una letra trazada con baba oscura que suena Los pájaros danzan, incluso en los espaicos de cielo más negros Los pàjaros se acurrucan en los árboles que cuelgan de las nubes más negras Los pájaros nacerán cuando las huellas digitales comiencen a sonar No hay una versión correcta para la poesía Los pàjaros son de mil colores No existe una versión correcta de esta vida Vámos gestando el sonido que pinte la ciudad oscura Vamos bailando lento No hay una versión correcta para la poesía

domingo, 3 de julio de 2011

Una pequeña crónica sobre Alejandro Meneses

(La fotografía la robé del facebook de profética)


A.M (Testigo oculto de los hechos)


Abigail Rodríguez Contreras


Hace casi seis años yo estaba en una mesa rectangular, temblando de miedo. A mi lado estaba Alejandro Meneses tomándose una cerveza que seguro, no era la primera. Miraba directo a una ventana que daba, y sigue dando a la cinco oriente. Junto de mí estaban dos chicos que no reconocí; porque seguro, muy pocos ese momento los reconocerían. Eran Judith Castañeda y Alejandro Badillo, dos de los cuentistas más sobresalientes en Puebla, como ahora todos sabemos.
Yo tenía catorce años entonces y desde los trece comencé a ir a algunos talleres en Casa del Escritor y Casa de Cultura. Incluso en los talleres de jóvenes me veían mal porque era demasiado pequeña. “¿Cuántos años dices que tienes?” Era la primera pregunta que me hacían, mientras los demás, a sus dieciocho y veinte años hablaban de sus libros favoritos, que por cierto, yo también había leído, pero como yo sólo tenía trece años, pensaban no tenían nada que hablar conmigo. Entonces prefería callarme y ver como todos hablaban del examen a la universidad y las carreras a las que ingresarían, o en las que ya estaban, invariablemente eran: letras o filosofía. Yo iba en primero de secundaria, mis amigas hablaban de grupos POP que a mí no me gustaban, y aún así éramos amigas, yo fui siempre rara y no hablaba mucho de mis cosas. Pero parecía. que en esto de literatura yo iba a seguir callándome la boca.
Conocí la dinámica de los talleres. A tu texto le sacas el número de copias correspondientes a los participantes en el taller y todos se quedan callados esperando tímidamente a que el tallerista, de su última palabra. Invariablemente la opinión será alentadora y en el mejor de los casos, te corregirá algunas comas, acentos y alguna opinión personal sobre tu texto, no más. Yo el primer día llevé un cuento a mi primer taller, pero no lo saqué porque era muy tímida, la primera semana todo fueron alabanzas, después todo se fue poniendo ligeramente más crítico, entonces yo saqué mi texto. Casi todas las opiniones fueron “Escribes muy bien para tener la edad que tienes” y a mí me calaba que todo fueran buenas opiniones, sólo por tener la edad que tenía, o eso creí.

Al último taller que fui, fue al de Alejandro Meneses, si eso se puede considerar, ‘ir a un taller. La verdad es que ir con él era uno de mis sueños que hoy revelo. A los trece y después de puras buenas opiniones en los cursos de iniciación a la narrativa, me sentí muy lista para tomar el taller de Cuento, ahora sí, con Meneses. Entonces, quien controlaba la lista de los talleres, me dijo: “No, tú eres demasiado pequeña como para ir a su taller… ¿Cuántos años dices que tienes?...No, definitivamente no, él sólo da clases a adultos, no te va a recibir, ¿por qué mejor no te inscribes a iniciación a la narrativa de nuevo?, ahí van los chicos, ahí estás bien”. Yo ya había tomado ese taller, pero como ahora lo daría otra tallerista, lo tomé resignada. Me entristecí en ese momento, pensé que Alejandro Meneses era un hombre muy estricto, que no tenía nada que platicar con los jóvenes, mucho menos con los demasiado jóvenes, jajá.
Me invitaron después a un taller con Mempo Giardinelli donde leí a otros chicos que habían seguramente todos, tomado taller o charlado con Meneses, Yussel Dardón, Miguel Ángel Andrade y Gabriela Puente, entre otros. De nuevo era la más pequeña, el bicho raro entre los bichos raros y ahí una periodista se acercó a preguntarme qué hacía yo ahí, que a mi edad ella jugaba con barbies. Pero al final las críticas fueron: Escribes muy bien, Abigail, escribes muy bien para tener la edad que tienes.
Yo no sabía por qué, en casa del escritor estaban dejando de dar clases los escritores principales y comenzaban a dar clases sus alumnos. Todo mundo comentaba eso, que era muy raro, que todo estaba en declive, que bla bla bla, a mi me interesaba escribir. Luego me enteré que todos los que se fueron comenzaron a dar clases en PlantAlta, un sitio frente a la catedral de Puebla donde Meneses, Meyer y Pimentel continuaban sus talleres respectivos. Gabriela Puente me abrió la puerta, muy amable como siempre. Yo todavía iba acompañada de mi mamá a todos lados. Recuerdo que ese día, sólo iba a preguntar a qué hora era el taller de cuento y cuánto costaba. Gabriela, echándose los bucles rubios para atrás me dijo: es ahorita, pásale me tomó por la espalda y me llevó a la mesa rectangular. Yo no llevaba ni pluma, no llevaba nada. Alejandro, esta es Abigail, quiere entrar a tu taller. Meneses me dijo: Hola, siéntate acá, jálate ese banco, ¿traes pluma? ¿traes papel? Le dije con toda la pena del mundo, al gran escritor que sólo hablaba con adultos: No, no traigo nada. Entonces me dijo, ah bueno ten, y sacó una pluma y un papel de no sé dónde y me lo dio. Bueno, acá leemos los textos y los opinamos, si tienes alguna opinión opinas porque ya eres parte del taller.
Se leyeron dos cuentos, recientemente encontré las copias, uno, es de Alejandro Badillo, yo hice un montón de grecas alrededor del texto, estaba muy emocionada y nerviosa, muy feliz, estaba en el taller que quería, con el escritor de los cuentos que me habían gustado tanto, con el tallerista más sincero, según me habían dicho algunos que habían tomado clase con él. Alejandro Meneses no era un ogro, no era un escritor trepado en un pedestal de oro. Criticó los textos sin tocar la ortografía, la puntuación y todas cosas que resultan del todo irrelevantes, criticó la historia, los personajes, la congruencia. Luego se puso a hablar de chismes culturales y a burlarse de todo mundo, mientras se tomaba su media y fumaba mirando a la ventana que daba a la cinco. Terminó el taller y todos se despidieron, él me dijo, ¿Te gustó el taller? Bienvenida, Abigail, nos vemos en una semana.
Preparé mi cuento y unos días después me enteré de la terrible noticia, Alejandro Meneses había muerto. Me puse muy triste, no podía creer que hubiera muerto, no podía creer que un escritor tan bueno fuese tan sencillo y hacia una semana, me hubiera recibido en su taller y hasta me había dado una hoja con una pluma sin preguntarme la edad, solamente mi nombre. Dejé de ir a talleres, pero seguí escribiendo.
A los dieciocho entré a Creación Literaria a la SOGEM, donde todos me preguntaron mi edad, fue lo mismo de siempre, qué bien escribes para tener la edad que tienes. Tomé clases con otros grandes, entre ellos Beatriz Meyer, su clase era tan sincera que muchos la siguen tachando de bruja, me recordó a Meneses de inmediato, ese tipo de sinceridad en un tallerista se ve muy poco.
Ahora sé, que la edad no importa mucho en la literatura, sino las ideas. Yo sé, que Alejandro Meneses lo sabía, por eso no me preguntó mi edad, porque sé, que lo más importante para él, era la escritura, las ganas que uno tenía de escribir y escribir y escribir y crear mundos e historias. También sé que a diferencia de lo que me dijo el coordinador en casa del escritor hace años, Alejandro Meneses hablaba con los jóvenes, los guiaba, los publicaba por primera vez en Catedral y por eso, hoy esos jóvenes siguen recordándolo, y lo mejor de todo, es que ahora escuchan a las nuevas generaciones. El legado que ha dejado Meneses trasciende a su narrativa, y trasciende porque tuvo el poder, de crear un espacio de diálogo entre los jóvenes y él, formó una escuela, cosa que en la literatura, desgraciadamente, se ve muy poco.





martes, 28 de junio de 2011

Disertaciones poéticas sobre el infierno.

“El descenso a los infiernos es también,
un privilegio inherente a los atributos mágicos alcanzables.
El cantor se convierte en mago, el sabio se convierte en profeta
el poeta en dios mediante el conocimiento del terror. El dios desciende
a los infiernos siempre, para asegurar la continuidad o para perpetuar el mito,
mediante el cual su presencia se manifiesta como expresión del habla, es decir cuya
existencia es una condición necesaria a la del habla que ha expresa, tan claramente, la poesía.”

Salvador Elizondo



No sé qué de cierto tiene el río que he trazado con los dedos rotos, cuando en el futuro, yo sé bien, el rio será recubierto de piedras verdes, para engañar a todos, para decirles que en realidad, nunca hubo un río maltrazado, que su geografía fue siempre árida y que nunca nadie, quiso alterar la eternidad marchita de todas sus condenas.


Me cortarán la lengua, me harán buscar el oxigeno bajo la tierra, ahogarse será más seguro que recurrir a las manos filosas que quieren desangrarme.


Las piedras verdes serán como adornos mutilados de otro espacio, arrojados al cadáver casi fosilizado de un reino del que yo sólo recuerdo su existencia. Es triste,enmudecer un espacio, matar de por vida a un mundo, cuando uno decide que el silencio, es una bendición para el dolor.

sábado, 25 de junio de 2011

una imágen desde el futuro




Las iniciales de mi nombre, al in-verso, forman las primeras tres letras de la parte más peligrosa de un volcán. Tengo lava sepultada en el hocico, mi cerebro permanece en llamas.

viernes, 24 de junio de 2011

mis ideas me desgarran el contexto


Hoy lo sé, el caos se define en cuatro muros y veintisiete letras. Mi cárcel ecuménica es en realidad un abuso del recurso retórico, es disimular mi fracaso determinista. No tengo, ninguna intención de resolver asuntos, que se gestan dentro de mí; sólo soy, la portadora de una extraña garganta llena de piedras.

.c.r.a.


lunes, 13 de junio de 2011

CÁRCEL 1

Antes Póstumo:
no puedo dejar de nadar
el próximo kayac que vuelva, estará repleto de mis huesos





En el temblor de este instante
mi garganta es el único epicentro.

I

El primer kayac que vuelva, será uno repleto de todas esas letras de mi abecedario

que no conozco. 

II

Yo siempre lo supe; mi futuro sería desastrozo
porque mi presente siempre lo fue
y en las reglas de mi mundo, todo lo que avanza
empeora.

III

Algo dentro está roto
sepultado en un abismo insular llamado Abigail





viernes, 3 de junio de 2011

calambre en mi mano

jueves, 2 de junio de 2011

HE OLVIDADO LA 1/2 DE ESTE POEMA*











*Este poema fue presentado en la lectura del encuentro
de poetas, Atlixco, La palabra escrita en el Agua,
el 28 de mayo de 2011 en la mesa,
Poetas del Centro de la república.


Abigail Rodríguez Contreras, Puebla, 1990




Voy a dar vueltas alrededor de tu enciero
correré hasta que me olvide de todos los poemas que traigo en la cabeza
las piedras morderán mis pies desnudos



correré lejos
habrá luces

algunos brazos me darán órdenes y yo
obedeceré
obedeceré
obedeceré
la voz será mi encierro



estaré perdida


este encierro me ata las piernas
me tumba
me rasga
yo lloro con la carne

mis heridas están en las sienes
son enormes
permanentes
me toco las heridas con los dedos
mis dedos también son heridas
me duelen
se rompen
mis dedos están encerrados en mi carne
en mis dedos hay lunas
en las lunas hay rocas
diez dioses acéfalos en cada roca
tengo una civilización de dioses en las manos

pero
la voz de otro dios me encierra, encierra mis dioses, me encierra
nos pudre en él


me imagino varias veces atada de manos a sus piernas
sus piernas atadas a mis piernas

vamos nadando todos lejos
mi nariz respira todo el aire
mis brazos se agitan
el agua me llena la cara de cansancio

el dios mayor atado ami cuerpo me cansa más
que la horda de dioses en mis manos
si me hundo
nos hundimos
mi responsabilidad es continuar

sigo sigo sigo sigos
i i
g g
osigo sigo sigo sigo

y tú luchas por dejar de respirar
por taparme la nariz
por hundirte
para matarnos


He negado la mitad de este poema
mi lucha primigenia
mi verdadero nombre
mis heridas

me punza el silencio adentro
me ata
meencierrameencierram
e e
a a
t t
ameencierrameencierra
y corro
vuelvo a correr
corro soy un perro rabioso
llego a la orilla
tus manos enormes me ahorcan antes de desatarme,
me cortan las manos

yo
no

qué
pasa

doy
las últimas
vueltas
alrededor de tu encierro



la mitad
olvido de

este poema

sábado, 28 de mayo de 2011

Aguafuego






el primer borrador de mi poema exprés






Para A Binario*







somos la nueva tribu de los ahogados





Mis ojos
son vestigios herméticos
ruinas futuras que resguardan
el agua luminosa de otros tiempos.

todas las veces
la parcela subacuática
se poblaba de nosotros
la jauría de perros anfibios
y nuestras ciudades fundadas bajo el caos
eran brillantes

sobre las escamas de nuestra carne
se erigían muros con bloques de fuego
y al entrar al agua
nos convertíamos todos
en faros colosales

la luz se escapaba de la luz
el calor se convertía en calor helado
y los anfibios perros eramos transgresores obligados
bajo el agua oscura

y en todos los tiempos, entre todas las tribus
mi jauría y yo eramos una horda de luz
un continente vivo
una serpiente gigantesca
nadando entre corales

pero hoy
nadie confía en mí
en el mundo anverso que habitó un día bajo el agua
por eso mis ojos se han convertido
en herméticas tumbas
y de mis escamas no sale más luz

pero un día
regresará el día
en que mis ciudades se sumerjan de nuevo bajo la tierra
y todas las ciudades de la horda continente
luz de fuego bajo el agua
iluminen el anverso de este mundo
en un resplandor que se convierta
en infinito










*Este poema fue escrito en el encuentro de poesía en Atlixco, y en el libro, si es que algún día existe, no saldrá con la dedicatoria, porque me di cuenta después, que este poema es para él.

martes, 24 de mayo de 2011

Jauría de mi cuerpo


Ela Rodríguez



MI JAURÍA CABALGA SOBRE EL RÍO
yo sólo quiero mantener el secreto;
y que nadie advierta
que en el anverso esta flor,
se tatúa la constelación lunar
la constelación más pura
de todo mi universo

domingo, 22 de mayo de 2011

CORTO CIRCUITO AL AGUA





Abigail Rodríguez Contreras


Mi cuerpo tiene corto circuito
yo sólo quiero nadar en mar abierto, quemar mis naves
ser tragada por todo espacio,
por toda huidiza sensación que me empuja de la espalda hacia tí
me venda los ojos con olas pesadas de sal
con alambres por los que se cuela tu figura.

Y aunque quiera y aunque es cierto que no lo deseo,
una mano gigante me sujeta la nuca
me hace ahogarme de palabras húmedas
que me llevo a los pulmones

y en la broncoaspiración del agua
va el poema entero,
en este desazón imperfecto del mar
mi alma pantanosa solidifica su existencia
se vuelve un monstruo enorme que no sólo te busca a tí
es todo tu contexto


y yo soy uno de esos perros que les gusta ladrar
y correr hasta que los huesos se les rompan,
yo cabalgo sobre el agua
pero eso no me hace màs poderosa
entiende
somos reenes del caos

nos curamos los miedos
abrimos los ojos y cavamos tumbas bajo nuestros ojos,
y encontramos agua, otro mar subterraneo, tumbas salinas.

enterramos las heridas y se van debajo de los ojos de los buzos
debajo de los peces
debajo de los corales que están clavados
en el subterraneo más lejano del mundo

nos suturamos la piel
para sanar más pronto,
pero no sanamos
porque el agua sale por cascadas de todos los poros
y más pronto ya no sabrémos a heridas
ni las noches serán fieras amargas
ya no más cadáveres del mundo
ahora todo es un cementerio acuático
un moridero en la gran pecera de nuestro cuerpo


La feracidad del silencio
se convierte en toda el agua que no necesito explicar
en todo el océano que quiero pensar no me late dentro
seco, mineral y putrefacto
pero nuestro.

jueves, 19 de mayo de 2011

Pezserás




PEZ-SERÁS

Este cuento salió en el suplemento Catedral, de síntesis, 30 de Abril de 2011 :D



Abigail Rodríguez Contreras

La ilustración es de Octavio Juárez Océlotl, con quien estoy ilustrando este, que será un libro para niños :)





Bruno está aburrido, mira la televisión mientras toma un refresco sin gas que ha encontrado debajo de la cama, ya no sabe a refresco. Ha quitado todas las sábanas de la cama, ha abierto la ventana, pero nada basta; todo su cuerpo se convierte en un lago de sudor estancado en el cuarto. Bruno sabe que sì sale al patio le dará el aire y se ventile, pero el sol lo quemaría, preferiría mil veces sentarse en la estufa prendida que regalar su carne al sol. Bruno no quiere convertirse en un bistec, se quita la ropa, corre en calzones hasta que el calor lo agota, se vuelve a acostar para mirar la tele.

Bruno le escupe a la pantalla para mirar los colores que salen cuando lo hace, luego imagina un lago donde doce patos nadan entre hielos gigantes que los ayudan con el calor que parece escupir la tierra, Bruno vuelve a escupir, pero algo pasa. Siente como de pronto un hilo le perfora la piel, pero no duele. Bruno se levanta y con pasos largos, llega al final de la escalera, toma unas llaves y va hacia la cochera a sacar el auto. No hay nadie en casa, está decidido a salir y encontrarse con esa fuerza que lo jala, pero… ¡Ni siquiera sabe manejar!, Pero él no está preocupado, esa fuerza que lo domina, apareció tan de pronto, que Bruno parece no pensar en ella.

Arranca, acelera, ¡FUUM!, el auto avanza. La fuerza de su pecho invade todo el cuerpo haciendo posesión de sus sentidos, de sus piernas, brazos, manos, uñas, la mugre de sus uñas. Ese control continúa jalándolo como si tuviera una correa atada al cuello. Maneja como si lo hiciera a diario. Ha tomado una carretera recta, el sol le pega en la cara casi cegándolo. Bruno sólo pude pensar en el fin de la carretera, en no seguir sudando, en dejar de sentir el fuego en las mejillas.

La carretera termina, sigue por una vereda de tierra mal trazada, parece no haber nadie, y no puede imaginarse otro auto cruzando los mismos terrenos que él, Bruno es todo un explorador salvaje, los caminos están trazados para él. Bruno no está asustado, sólo siente una ansia enorme por llegar, no soporta más la espera.

Ha llegado a unas casas amarillas, con flores moradas que las cubren, enredaderas naranajs que crecen hasta el cielo y se desbordan a lo largo de las paredes de todas las casas, parecen mantos, velos que intentan cubrir todo lo que hay dentro. Apaga el motor, sale del auto, se dirige en línea recta a una casa de tapete anaranjado, no toca la puerta; se abre sola.

Al entrar a casa todo se despeja, deja de sudar, el aire es fresco, bruno se deja empujar por esas extrañas olas de aire que lo visten y lo hacen sentir menos pesado, llevándolo hasta las escaleras más próximas.

Sube los escalones sin esfuerzo, las olas parecen decirle al oído claramente lo que mirará: una niña con las piernas cruzadas, con la boca abierta al cielo, encontrará una habitación sin techo, las olas callan. Ha llegado a la planta alta, se extraña, todos los cuartos parecen estar vacíos, pero huele a perfume. Comienza a llover, quizá esté lloviendo perfume, ya nada puede sorprenderlo en este punto, escucha como las gotas se estampan casi arriba de su cabeza, en la madera de la casa. ¿qué pasa?. Bruno no está seguro de lo que debe hacer, piensa en las olas que le han pintado el cuadro de su futuro, pero no vienen, Bruno abre la única puerta que está cerrada.

Y ahí está, en la habitación sin techo, mira a su hermanita Itzel, mirando al cielo, llenándose la boca con agua perfumada. Se llena la boca, la garganta, la panza y cuando todo indica que se ha llenado, Bruno piensa que todo lo que no ha podido beber se desbordará por la comisura de sus labios o quizá hasta le salga por la nariz como una fuente, pero no es así. Itzel comienza a hincharse como un globo, su cuerpo se agiganta, es enorme, casi llena el cuarto.

Bruno desearía poder llenarse también de toda el agua del cielo que pueda caber en su cuerpo, cruza completamente la línea de la habitación. Ya siente como se moja y se impregna levemente de ese perfume frìo y ligero, intenta acercarse a ella sin tocarla, abre la boca y dirige la mirada al cielo, puede mirar las nubes enormes, bebe de su agua celeste, ¡Comienza a hincharse!

Alguien sube las escaleras, puede escuchar los zapatos de su padre, pesados y lentos acercarse, no tiene miedo, sólo se pregunta cuánta agua entrará en su cuerpo, que sin duda es muchísimo más grande y gordo que él y su hermana juntos. También se pregunta si su padre fue atraído hasta el mismo lugar por la misma fuerza extraña que lo condujo a él hasta su hermana.

Su padre llega y le sonríe primero a su hermana y después a él, los abraza y abre la boca mirando al cielo, también ha comenzado a hincharse. Casi al mismo tiempo entra su madre, los besa a todos. Bruno ha descubierto que el mismo olor de la lluvia, es el olor de su madre, se siente seguro, envuelto en esa capa de seguridad que seguramente lo protegió extrañamente durante todo el camino hacia la casa de la habitación sin techo, filtradora de magia.

Todos se siguen hinchando de agua, parece que jamás se llenarán, y ahora son demasiado pesados como para poder expandirse más, comienzan a chocar contra las paredes del cuarto, se reacomodan, ya no cabe nadie más. ¿Y ahora? Uno de los tacones de su madre, sale velozmente de su pie, sus dedos se han inflamado demasiado, el tacón se entierra en una pierna de su padre, él se queja y se mueve bruscamente. Es obvio que un movimiento así tendría como consecuencia una situación que cambiaría la contemplación del agua.

Todos chocan contra las paredes, sus manos insisten en separarse los unos de los otros, pero no es posible. Todo ocurre en un segundo: la familia explota, y en el proceso rapidísimo de la expulsión del liquido de sus cuerpos, se convierten en peces, nadan en el agua procesada por ellos mismos. Nadan con sus aletas traslúcidas confundiéndose con el agua misma, como las olas que les daban tranquilidad en la hora de su llegada a la pecera. Nadan juntos, como olas pequeñas en la pecera gigante de enrredaderas tupidas y rocas rosas. Se sienten frescos, en un agua clara que detiene su cause en la puerta por donde entraron. Saben también, por esas olas que ahora han entrado en forma de agua, que cuando deseen podrán salir por esa puerta y volverse humanos de nuevo, manejar por la carretera y salir del sendero de tierra que introduce a los hombres a las casas de agua para cuando tengan necesidad de separarse del calor y convertirse en una familia de peces de colores.



miércoles, 18 de mayo de 2011

Sobre MI infancia y su devenir.



Un ave pensando en mí, mientras Tegus, mi santo patrono literario,


se escapa de su pensamiento y busca más poesía en otros mundos para alimentarme luego.








Aby RC

I

Yo tenía una edad que no recuerdo cuando comencé a inventar historias. Supongo que todos los niños lo hacen, el problema es que crecen y lo niegan todo.

No sé si fue un problema, a veces pienso que es una enfermedad el hecho que yo nunca pude negar mi locura, o no del todo. Nunca dejé de imaginar y crear con las palabras, es por eso, muchos creen que aún soy una niña. Ahora que he podido trabajar con niños, sé que la mayoría de ellos, se crean poemas involuntarios en la cabeza, los andan escupiendo entre juego y juego y luego se pierden en el aire, se van alejando todas esas imágenes cuando uno crece. Es entonces que la locura, la imaginación y la infancia, tienen tanto que ver, que es preferible hacerlo todo solo, volver a ser niño, volver a imaginar, volverse loco y luego negarlo hasta que nadie vuelva a hablar del tema.


Volver a la infancia, volver a imaginar, volvernos locos escuchando voces dentro.y eso a todos les da miedo, por eso crecen y lo niegan, pero yo esos impulsos no pude negarlos, y cuando tenía trece años escribía cuentos con tanto compromiso, que al crecer un poco más todo empeoró y escribía como si se me fuera la vida en ello, yo sentía a veces que de verdad me iba a morir escribiendo, a veces no comía o no dormía por escribir hasta en las mesas, y puede sonar exagerado pero era realmente angustiante tener esos impulsos de escribir hasta que la mano me quedara roja y las articulaciones comenzaran a dolerme tanto, que tenía que tomarme analgésicos para calmar mi dolor.


II



Hace poco descubrì que algunas mujeres antes de depilarse se colocan hielos en el área deseada antes de arrancarse la masculinidad que lo occidental, hace que temporalment, sean menos mujeres. Desensibilizada el área, justo cuando ya no sienten nada y antes de quemarse con el hielo, lo retiran y proceden a la odiosa y secreta tarea de desaparecer todo el vello, para ser totalmente femeninas.


III


Quiero un hielo gigante que me cubra el cuerpo, que me encapsule toda cuando escribo, eso quiero.

Caleidoscopios del Sol para tus Ojos*





Ilustraciónes de Martha Reyes


Caleidoscopios del Sol para tus Ojos

Abigail Rodríguez Contreras

Mamá dijo que mirar el sol está prohibido
pero Mauro
en secreto
lo mira
Mauro lo mira
porque el sol le regala
un caleidoscopio para sus ojos
y cuando da vueltas
y vueltas y más vueltas

los caleidoscopios de luces
metidos en los ojos
disparan un montón de estrellas
en todos los zaguanes de la calle

¡BANG BANG!
vueltas, vueltas
Mauro corre
parpadea
Los caleidoscopios en sus ojos
se van perdiendo
estallan en los muros
se vuelven chiquitos

chi
qui
tos

Mamá vuelve
Mauro no podrá ver al sol a los ojos
para agradecerle por el regalo
Pero, cuando mamá entre a la tienda de verduras
y se distraiga comprando
El sol le regalará a Mauro pistolas caleidoscopio
¡Bang, Bang, Bang!
Luces
vueltas
parpadeos.



*Este poema se encuentra antologado en la Antología de poemas para niños: Versos para el recreo, una compilación de Begoña Pulido Herráez, editado por IMACP, La otra Libros, Central del pueblo, y La invasión de los niños Come Libros, 2011.

domingo, 15 de mayo de 2011

Lo homogeneo es mentira





Mi padre dice
que la mala voluntad
es arrancar la vista de los ojos
no amarrar la muerte a un hilo grueso
volverse alérgico al color azul
desnombrar el mundo para rebautizarlo sin vocales.

Mi padre dice
que las alcantarillas aparecen rojas debajo de la noche,
en un manto donde las diez son las cuatro de la mañana
la hora donde los muertos vuelven a ayudarlo.

Mi padre
sufre ataques de palabras
verbos sin vocales
artículo verbo artículo verbo verbo verbo
su universo sintáctico es distinto
a la sintaxis de lo establecido

lo gutural como exploración de los últimos trozos que deja en mitad del abandono y mi unión prenatal del triángulo que ya pierde un vértice,
escupe, las representaciones de agua que un niño haría en una hoja blanca.

Pero mi hoja está demasiado rayada, mi agua es negra
borrarlo todo
sería destruír la hoja,
y yo sólo recuerdo a mi papá hablando sobre el soporte,
las alcayatas que le aparecen en la noche,

los ángulos de noventa grados que hacen girar sobre una punta delicada el mundo.

el chico azul, a quien mi padre diagnosticó su alergia al azul de su propia carne.





a R c

miércoles, 27 de abril de 2011

Coyuntural*



Para A V G. Para mì tambièn


No hablemos de permanencia, porque eso duele, rasga los pies, tu edificio, el pavimento de mi calle, este país, los otros,todos los futuros, todos los mundos.

Me dices que es una burbuja el mundo, yo hablo de una gran esfera ailsada, volando entre espinas, esperando romperse.

Todo calla, se rompe, es un esqueleto fracturado dentro de un estuche de carne, nada de esto que escribo sirve, servirà o harà cambiar el rumbo, el sentido y la reinterpretaciòn de los silencios.

No lo leas, no me respires, de esto todo es un gran bulto.

un dìa, vendrà un dìa, estallarà la vàlvula, asì el pavimento este roto, el edificio donde te guardas ya no exista, asì la burbuja estalle, estaràn otros espacios, estarèmos abiertas de pàrpados, esperando estallar bien lejos, bien adentro de otro mundo.

martes, 26 de abril de 2011

Trance No. 1300






Ela Rodríguez


Yo lo sé
después de hoy, vomitaré la dislexia de mi madre, y con el vómito trazaré los caminos más erroneos para el orden. Yo no necesito cabalgar las horas, esquivar las aspas de un ventilador constante que no se apaga, la muchedumbre ya no merece despuntar en espacios lentos, la inmediatez es la nueva verdad, es el màs poderoso medidor de las palabras.

yo lo sé
despuès de mi madre, no habrá minutos, la segregación del tiempo ocupará su verdadero trono, la jerarquía de lo real mostrará en su insanidad, el camino más corrupto del silencio.

yo ya no escribo, yo ya no mido el tiempo, tengo la cabeza llena de cuevas inhabitables, necesito trepanarme sola, evacuar todas las voces, que otras distintas a las palabras me perforen el cráneo, ya no son sólo palabras, entiende que ya no son sólo palabras.

He vislumbrado quince veces mi cuerpo lleno de larvas, los sólo porque sí no existen, las respuestas sustentadas en teorías ya no son válidas. Uno debe anclarse a las realidades más específicas, otorgadas por aparatos que nos demuestren, que nuestro verdadero yo ya no está presente ni dentro, ni fuera de nuestros dedos.

Hay una máquina orgánica construída de engranes cancerosos, surtirán la luz en sales desperdigadas en la juventud, después la sequedad. Quedarse mudo. Volver a buscar desesperadamente las voces que le llena a uno las cuevas del cerebro de hordas con especies de múltiples cabezas. Exponenciarlo todo, duplicar lo duplicado de las voces, todas las veces buscaré siempre el infinito para estallar después de no conocer ni la infima parte de una centésima del lodo.

Necesito una lente poderosa, necesito varias veces desdoblarme y conquistar con gritos mis deseos, todas las veces, todos los mundos, transgredir todos los espacios, hoy tengo de nuevo esas ganas centellantes de volverme luz y recorrer cuantas veces sea posible en un segundo el mundo sin disfrutarlo, hoy quiero arrojarme, vaciar esta carne, esta cárcel ecuménica que no me basta.

No me basta, no me importa, no necesito resucitar quinientas veces para entender lo que jamás entenderé en un cuarto de vida, yo puedo cortar, desdoblar, extender, vomitar la dislexia, retrazar el nuevo orden de mis pensamientos, puedo no hacerlo, nada importa, todo importa, no me escuches, no quiero gritar pero lo estoy haciendo, si no soy congruente no te importa, sì te importa desaparezco, me devuelelvo al orígen de una de las voces moradoras de la cueva. Tengo el sentido resquebrajado de los gritos, no puedo dejar de escribir no puedo dejar de escribir no puedodejardeescribirentiendecòmonopuedodejardeescribiraunquelodesee.

Hazme entender que no debo dejar de escribir, dìmelo ahora o engrapate la boca para siempre.

La única verdad es que necesito escribir, escribiré aunque me digas que no sirvo, porque la literatura y la poesía no sirven para nada más que para enfermarme, para volverme un perro contagio, estoy desauciada varias veces, varias veces he muerto, y ya lo he dicho antes, no necesito resucitar para entender que esta vida ha nacido muerta, que los muertos no necesitan bautismo, porque están predestinados a un sustrato más terrible que el infierno, varias veces me mirado las escrituras que la soledad me ha heredado, el infinito y la inmortalidad me asustan, me enferman, me llagan la carne para siempre.

Yo he pensado en los estigmas de las letras, me he pensado el cuerpo pasando por un rodillo gigantesco en el cual las letras de hierro me estampan poemas largos varias veces en la piel, hasta que de tantas letras me voy quedando negra. Casi a tientas me tiro y voy a gatas, ensuciandolo todo de mí, del gran poema que voy escurriendo de los ojos, de la espalda, de mi vientre de mis piernas rotas, todas las veces ignoro el camino.

No hay por qué, no hay futuro, no hay caminos, no hay derecha ni izquierda no hay infierno, cielo, otros cielos, otras pieles, sólo yo y las letras estampadas en mi carne, sólo esta tira de un peregrinaje absurdo. Si me dices que no sirvo no me importa, porque ya no tengo oídos, el síndrome me ha mutilado del mundo, este poema es un encierro, es una cárcel, y sólo queda mi boca flotando frente a este altavoz imaginario, si lo vez te felicito, si no me miras, si no me escuchas, espero que pronto, tu piel se vuelva negra, se inyecte de tinta tu sangre y escurras siempre, manches el piso, las paredes, el cielo, vuelvas negras las nubes, fecundes de palabras el infierno, el cielo, otros cielos, otras pieles, sólo tù y las letras estampadas en tu carne, sólo esta tira de nuestro peregrinaje absurdo. Si te dicen que no sirves no te importa, porque ya no tendrás oídos y el síndrome habrá mutilado mi cuerpo y tu cuerpo del mundo, construirémos un gran poema de la pandemia, y todas las bocas gritarán ad lívitum lo que deseen.

Ladra, escribe, córtate las manos, escribe con el cráneo, decapítate en versión autodidacta, tus colores inmersos en el cielo, pierdete en él, regresa a la tierra, excava el infierno, profanalo todo. Todo el mundo es tuyo, grita, ladra, traga todos los gritos, escùpelos en un gran grito donde los ecos sean más fuertes, escribe, escribe, todo importa, nada es suficiente, exporta, exprime.

Cerrar los ojos, correr lejos hasta romperse, dejar tus huesos negros en una catedral debajo de la tierra, sólo recuerda, perseguir la luz de todos los espejos subterraneos del infierno.

sábado, 16 de abril de 2011

v

vomitarme

lunes, 4 de abril de 2011

automotor

a b i g a i l

Mi corazòn es un monstruo que se rehidrata con silencio

comulga con la feracidad de otras oscuridades

mi elemento gira en el pulso terminante de mis huesos purulentos

otras veces

he callado

otras veces

el òrden actual

era imposible.

*

Abigail Rodrìguez ZeugirdoR LiagibA CONTR(ario)ERAS

He olvidado la mitad de este poema*



Voy a dar vueltas alrededor de tu encierro correrè hasta que me olvide de todos los poemas que traigo en la cabeza

las piedras morderàn mis pies desnudos

correrás lejos, habrà luces

algunos brazos me darán ordenes y yo obedeceré

obedeceré

obedeceré

tu voz será mi encierro


ya no podrè correr alrededor de tu encierro

estarás perdida

mi encierro me ata las piernas

me tumba, me rasga

yo lloro con la carne

mis heridas estàn en las sienes

son enormes,

permanentes

me toco las heridas con los dedos

mis dedos tambièn son heridas

me duelen

se rompen


mis dedos están encerrados en mi carne

en mis dedos hay lunas, rocas

las voces de otro dios bicéfalo que me encierra

que me pudre en èl


y yo me imagino varias veces atada de manos a sus piernas

sus piernas atadas a mis piernas


vamos nadando lejos, mi nariz respira todo el aire,

mis brazos se agitan, el agua me llena la cara de cansancio

tú atado a mi cuerpo me cansa más

si me hundo te hundes, mi responsabilidad es continuar

sigo sigo sigo

sigo sigo sigo

sigo

y tù luchas por dejar de respirar

por taparme la nariz

por hundirte

para matarme.


He negado la mitad de este poema,

mi lucha primigenia

mi verdadero nombre

mis heridas

me punza el silencio adentro, me ata, me encierra

y corro

vuelvo a correr

corro

soy un perro rabioso


unas manos enormes me ahorcan antes de desatarme

yo no sè que pasa

doy

las ùltimas

vueltas

alrededor de tu encierro

olvido la mitad

de este

poema.