Las hebras al cielo y las cebras en la palma de mi mano
Abigail Rodríguez ContrerasEla Bigail RodríguezEla Rodríguez
Yo desconfío de tus ojos cuando están cerrados, porque sé que al hacerlo imaginas las tierras donde el asombro se volvió tu cárcel voluntaria. ¿Cierto?
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